jueves, mayo 2, 2024

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Cómo preparar el coche para la climatología adversa

El invierno se salda con el 30% de los heridos y fallecidos por accidente de tráfico.

¿Coges el coche con climatología adversa?. Durante el invierno es cuando se producen el 30% de los heridos y fallecidos por accidente de tráfico de todo el año. Algo en lo que efectivamente intervienen las condiciones climáticas adversas como lluvia y nieve, y también la reducción de las horas de luz. Así lo reflejan las cifras del estudio realizado por el comparador Acierto.com.

Por ejemplo, conducir con lluvia eleva las posibilidades de sufrir un percance en la carretera hasta un 70%. Y es que no solo se altera la visibilidad, sino que reduce la adherencia de las ruedas sobre el asfalto y aumenta la distancia de frenado un 40%.

En cuanto al viento, se queda con el 5% de los accidentes, y la niebla el 4%. Ahora bien, existen coches con más riesgo que otros de sufrir un siniestro: los más oscuros. Para que nos hagamos una idea, por la mañana un coche blanco puede ser atisbado a 160 metros, mientras que uno negro lo veremos cuando estemos a 70 metros.

La falta de mantenimiento del vehículo, la edad del parque automovilístico español y la ausencia de previsión de los conductores –solo 1 de cada 4 conductores realiza un buen mantenimiento de su vehículo– son otros elementos de riesgo. Y precisamente es a estos factores a los que podemos prestar atención después de los hechos acaecidos durante los últimos días.

Sólo 1 de cada 4 conductores realiza un buen mantenimiento de su vehículo.

Cómo circular después de las heladas y con lluvia

Acierto.com recaba algunos consejos para circular estos días: para empezar, aumentaremos la precaución y la prudencia tanto con hielo como con lluvia. En ambos casos la adherencia se reduce y aumenta el riesgo de sufrir aquaplaning. Reducir la velocidad, evitar los movimientos bruscos al volante, aumentar la distancia de seguridad. frenar con suavidad y centrar la atención en la carretera son algunas recomendaciones.

También conviene circular con marchas largas para que las ruedas patinen menos, y evitar los adelantamientos: el comportamiento del coche puede ser imprevisible así que deberíamos valorar esta maniobra. Y encender las luces de posición y cruce.

Es importante no perder de vista la señalización horizontal, es decir, la pintura blanca que demarca los límites de la carretera, etcétera. Evitaremos pisarlas o acelerar cuando estemos sobre ellas. Son zonas delicadas.

Otro truco bastante extendido para evitar que los cristales se empañen (pero no por ello menos efectivo) consiste en frotar con una patata el cristal, formando una película repelente anti-humedad. Y si todavía hay nieve, utilizar las rodaduras de otros vehículos y usar cadenas o neumáticos de invierno es lo más recomendable.

Cómo poner en marcha el coche tras las nevadas

El primer punto tiene que ver con la retirada de la nieve, que no solo afecta a la visibilidad, sino también al comportamiento aerodinámico del coche –especialmente si se acumula en el techo–, y que dispara el riesgo de provocar un accidente –imaginemos que un trozo de nieve o hielo cae a la carretera mientras circulamos a cierta velocidad–. Esto también afecta al consumo del vehículo que, con el frío, puede aumentar entre un 10% y un 15%.

Para quitarla no es recomendable utilizar agua caliente: los cambios de temperatura podrían hacer estallar los cristales. Mejor utilizar una pala, una rasqueta o similares. Y para entrar en el automóvil sin dañar la cerradura, podemos calentar la llave con un mechero. Es importante no tener prisa y hacer acopio de paciencia.

Revisar el estado de determinados componentes también será fundamental: el frío acelera el deterioro de los elementos de goma como los neumáticos –que pierden presión–, y los manguitos –cuya rigidez aumenta–. Lo mismo ocurre con los líquidos: el depósito del limpiaparabrisas puede congelarse y las asistencias por problemas con el líquido refrigerante aumentan durante este periodo del año. El aceite, por su parte, puede perder viscosidad.

No podemos olvidar el sistema eléctrico: las opciones de que falle aumentan casi un 30%. También son frecuentes los fallos del motor y la calefacción (el motor podría dañarse por falta de lubricación si el aceite, el líquido de dirección y demás no alcanza determinada temperatura). La avería estrella, sin embargo, tiene que ver con la batería, protagonista de 1 de cada 5 asistencias en carretera del seguro. Un truco para evitar que sufra es colocar un trapo caliente encima durante unos minutos antes de arrancar.

Respecto a esta última acción, es conveniente hacerlo sin acelerar y soltando el embrague suavemente. También es recomendable accionar el contacto dos o tres veces si el coche es diésel y esperar a que se apague el testigo del sistema de precalentamiento; así como dejar margen para que el coche coja la temperatura necesaria. Podemos mantener el motor al ralentí unos minutos y recorrer los primeros metros con las mínimas revoluciones.

Por otra parte, en numerosas ciudades españolas continúan los trabajos de limpieza y el uso de la sal para eliminar la nieve. Una sal imprescindible pero que también puede dañar nuestro vehículo. Lo más recomendable es no dejar pasar más de cinco días para eliminarla (usando productos neutros y sin frotar para no rayar la carrocería), e intentar colocar una funda para proteger el coche si todavía vamos a tenerlo aparcado durante un tiempo. La cera también puede ayudar a conservar la pintura mejor ya que reduce los efectos de la sal y repele mejor el agua.

Si vas a conducir el coche con climatología adversa mucha precaución.


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